II Una niña huerfanita se hallaba un día sentada junto a la muralla de la ciudad, cuando vio que un sapo salía de una rendija que había al pie del muro.
Sie zeigte sich auch dankbar, denn sie brachte dem Kind aus ihrem heimlichen Schatz allerlei schöne Dinge, glänzende Steine, Perlen und goldene Spielsachen. Die Unke trank aber nur Milch und liess die Brocken liegen.
Entonces acudía corriendo el sapo, merendaba de buena gana y mostraba su agradecimiento trayendo al niño, de su secreto tesoro, toda clase de bellas cosas, como piedras brillantes, perlas y juguetes de oro.
Mientras el sapo había comido con él, el muchacho creció sano y robusto; pero desde la muerte del sapo, sus mejillas perdieron su color rosado y empezó a adelgazar a ojos vistas.
Die Mutter, die in der Küche stand, hörte, dass das Kind mit jemand sprach, und als sie sah, dass es mit seinem Löffelchen nach einer Unke schlug, so lief sie mit einem Scheit Holz heraus und tötete das gute Tier.
La madre, que estaba en la cocina, al oír que su hijo hablaba con alguien y viendo que golpeaba al sapo con la cucharilla, corrió al patio con un tarugo de leña y mató al pobre animalito.